El amor de padre no conoce límites, tal como se lo reiteró al mundo Juan Carlos Cacho, un mexicano que adornó con flores su bicicleta para sorprender a su hija y llevarla de esta manera al altar el día de su boda.
De acuerdo con el reporte de El Universal, el hombre le buscó una solución creativa a la falta de recursos económicos para alquilar un auto y decoró su método de transporte para ir a la iglesia junto con Cristina Vanessa Cacho Silva.
Padre adorna la bicicleta de su hija el día de su boda
El conmovedor suceso se produjo en el municipio de Miahuatlán, Puebla, donde fueron tomadas algunas postales que se popularizaron en redes sociales y despertaron muchos halagos por el buen gesto del señor.
En ellas se puede ver a la mujer vestida de blanco cerca de sentarse en la bicicleta detrás de su padre, que con una sonrisa le muestra la decoración de flores del mismo tono y globos amarillos, que se distribuyen desde el volante hasta el asiento.
Esto tomó a todos los invitados, familiares y vecinos de sorpresa que se maravillaron al ver la bicicleta en ese estado, que prueba el gran amor que Juan Carlos tiene por Cristina.
Asimismo, el medio aseveró que el presidente del Concejo Municipal, Rafael Ramos Bautista, en su calidad de Juez del Registro Civil, encabezó la boda de esta pareja de la que no se tienen mayores detalles.
Este episodio sucede luego de varios días donde otro similar cautivó a todos, pues otro padre hizo prácticamente lo mismo honrando que siempre llevaba a su hija de esta manera y que se hizo muy famoso en la red social.
Su caso fue compartido por una amiga de la novia, Angie Peraza, que mostró cómo la novia iba en la parte trasera de con su vestido blanco, mientras que su padre manejaba una bicicleta con un elegante traje negro.
Bonus: Todas las familias tienen diferentes historias, experiencias y personalidades, si todos los seres humanos somos diferentes, ahora imagínense un núcleo familiar. Estamos dejando destruir el amor por ir en la dirección que todos van, sin identificar que todas nuestras familias tienen una historia diferente y todos debemos ser tratados de acuerdo a ello, no de acuerdo a lo que dictan por ahí. El amor del padre es el que se ha visto más afectado por esta situación, es un amor totalmente subestimado y pisoteado, un amor que en pocas palabras, tratan de enseñarnos que no existe. Entonces ¿cómo darnos cuenta de ese amor a pesar de caer en el juego de la sociedad?
El amor llega de diferentes maneras, o quién dice que el amor solo es un beso, es dedicar tiempo, es llevarte a la escuela, enseñarte a escribir… sin menospreciar todas las cosas que hacen nuestras madres que son como nuestros ángeles. Pero ¿y qué es el amor? ¿Acaso no es amor dejar de pasar tiempo con los amigos para ir a trabajar y llevar comida a los hijos? Un porcentaje enorme de las personas que tienen los trabajos más duros del mundo son hombres, esos trabajos que muchos dirían que primero muertos a llegar a hacer algo así, que requieren de desgaste físico, de largas horas bajo el sol y la lluvia, que tienen riesgo de muerte, de quedar sin alguna parte del cuerpo, o quizá en estado vegetal.
Dicen que “trabajar es tan maluco que hasta pagan por hacerlo”, así que ¿quién no va a preferir pasar tiempo con sus hijos a estar trabajando? Eso es amor puro, saber que renuncian a momentos, amistades, comodidades, vernos crecer, solo porque quieren darnos lo mejor, porque la sociedad les dio el papel de ser ellos quienes lleven esa responsabilidad.
Así que tenemos que empezar a valorar más desde adentro y dejar de hacer tan latente lo impuesto por la sociedad. Dichosas las personas que toda su vida han disfrutado del amor de su padre, como la mayoría disfrutamos el de nuestras madres. Personas como Héctor Abad Faciolince, quién escribió un libro hablando de su padre como la persona de sus ojos, ese hombre excepcional, guerrero, a quién admiraba por la labor que tenía con las personas y aunque no pasaba todo el día con él, apreciaba cuando podía disfrutar de su presencia. Leer “El olvido que seremos”, genera miles de sensaciones cuando te das cuenta cómo es movido el corazón de un hijo, que ha sido consiente que el amor de su padre sí existe.
Así que es nuestro reto como hijos aprender a descifrar ese sentimiento, aunque lo hayamos dejado de percibir durante mucho tiempo y existan barreras. A ese hombre que trabaja arduamente todos los días para darme lo que necesito, mil gracias. Espero aprender a apreciar su amor y disfrutarlo nuevamente en el poco tiempo que nos queda.
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